Debido a las llamadas de atención recibidas por las dos últimas recetas, estoy obligada a aclarar a mis fieles seguidores, que éstas han sido unas desafortunadas aportaciones de mi costilla. Todo el mundo tiene un comienzo y aunque el de mi Pablo llegue un poco tarde, estoy segura que hasta el mismísimo Ferran Adrià, en unos inicios precoces comenzó haciendo vasos de colacao y sandwiches de nocilla, eso sí, con una salvedad, no tendría más de 5 años. Así que, quién no me asegura que cuando mi Pablo tenga 70 años no tenga 3 estrellas Michelín. Desde un punto de vista pragmático, no podemos permitirnos que los árboles no nos dejen ver el bosque, y aquí lo importante es que por primera vez mi Pablo entra en la cocina y no es para comer lo que se encuentra sobre la mesa. Desde aquí lo animo a que siga descubriendo el maravilloso mundo de la cocina, pero sin prisas, a su ritmo, que no le de por encender los fuegos y jugar con cuchillos que no sean de punta redonda.
Debido a las llamadas de atención recibidas por las dos últimas recetas, estoy obligada a aclarar a mis fieles seguidores, que éstas han sido unas desafortunadas aportaciones de mi costilla.
ResponderEliminarTodo el mundo tiene un comienzo y aunque el de mi Pablo llegue un poco tarde, estoy segura que hasta el mismísimo Ferran Adrià, en unos inicios precoces comenzó haciendo vasos de colacao y sandwiches de nocilla, eso sí, con una salvedad, no tendría más de 5 años. Así que, quién no me asegura que cuando mi Pablo tenga 70 años no tenga 3 estrellas Michelín.
Desde un punto de vista pragmático, no podemos permitirnos que los árboles no nos dejen ver el bosque, y aquí lo importante es que por primera vez mi Pablo entra en la cocina y no es para comer lo que se encuentra sobre la mesa.
Desde aquí lo animo a que siga descubriendo el maravilloso mundo de la cocina, pero sin prisas, a su ritmo, que no le de por encender los fuegos y jugar con cuchillos que no sean de punta redonda.